“La persona sin un conocimiento de su historia pasada, sus orígenes y su cultura, es como un árbol sin raices”
– Autor desconocido
Me acuerdo de él como si fuera hace poco. Conocí a Joshua en uno de mis viajes al interior del Perú cuando aún era una estudiante. Iba en un bus interprovincial y un grupo de estudiantes de secundaria le buscaban la conversación con todas las excusas posibles, él tenía toda la apariencia de un extranjero, de un “gringo”. Lo que no sabían estas chicas, es que Joshua hablaba el español muy bien, algo tímido y con un acento americano, pero se le podia entender casi perfectamente.
Durante el viaje iniciamos una conversación que duró por muchas horas, ahí me dijo que su padre era peruano, su madre americana, pero que había visitado el Perú desde pequeño, conocía muchos lugares dentro del país y tenía muchos primos a los que veía en cada uno de sus viajes. Perú era como su segundo hogar.
Quizás esa historia es familiar para muchos que tiene una familia bicultural como la mia, algunos logran hacer esa verdadera conexión de sus hijos con sus raices por parte de padre o madre, justamente eso es lo que me propuse hacer desde que mis hijos eran pequeños.
Este año por fin, y luego de tres años, tuvimos la oportunidad de regresar todos juntos a Perú. La última vez Scott el mayor tenía 8 años y recuerda muchas cosas de ese viaje, Ken el menor recordaba muy poco, casi nada. Por eso, en este último viaje, ellos tenian toda la curiosidad por ver a su familia, conocer a más tios, primos, amigos, comer cosas diferentes y ver lugares que no habian visto antes.
Un viaje de inmersión
Aparte de visitar a la familia, mi propósito fué ver cómo se adaptaban a mi cultura, cómo se comunicarían con todos. Lo del idioma comprobé una vez más que los niños que escuchan un segundo idioma permanentemente en casa, aunque no lo expresen oralmente con frecuencia, lo tienen grabado en sus mentes.
Mi hijo mayor Scott es bilingue, Ken en cambio, entiende perfectamente el español pero lo habla muy poco. Los primeros dias en Lima, Kenny movía la cabeza para confirmar o negar algo y juntaba algunas palabras pero no podía completar una oración fácilmente. La segunda semana, ya no quería que lo ayuden y comenzó a preguntar sobre cuál era la forma correcta de decir las cosas, no quería decirlo solo con palabras vagas sino la oración completa y de forma correcta. La tercera semana fué la decisiva, Ken comenzó a hablar completamente ¡en español! y se reía de sus propios errores si alguien se lo hacia notar. Ken vió la luz y se sentia feliz por sus logros.
Cuando decidieron hacer compras ellos mismos y sin ayuda 🙂
Cultura, historia y sintiéndose orgullosos de sus raices
Esta también fué una buena oportunidad de enseñarles on site sobre la cultura e historia de mi país. No es fácil hacerlo en casa y generar sus atención, sin embargo, esas pequeñas lecciones aprendidas salen a flote de una forma increíble cuando ven o escuchan algo que les es familiar, es como si lo hubieran visto toda su vida.
Las visitas a los museos me permitieron comprobar que no eran muy ajenos a mi cultura, como cuando fuimos al Real Felipe y ellos me contaron la historia de la bandera.
Las comidas
Aunque no siempre preparo comida latina en casa, lo hago como hago especial, es quizás por eso que para mis hijos no fue algo nuevo, y hasta se animaron a probar comidas que hasta ahora nunca habían probado, como por ejemplo los picarones y hasta el famoso cuy como un reto a mi esposo quien dijo que eso seguro que no lo comerían, dias despues ¡aqui esta la prueba! 🙂
En resumen, todo esfuerzo da frutos. Al compartir constantemente con nuestros hijos nuestro idioma, nuestras costumbres, estamos criando hijos biculturales que aman sus raices,
Aún no puedo decir misión cumplida, falta mucho por enseñarles, lo que si puedo decir es que ahora más que antes quiero aprovechar cada oportunidad para compartir con ellos todo sobre mi cultura y que los harán sentirse como en casa cuando decidan regresar por ellos mismos a Perú o a cualquier otro pais de latinoamérica, como lo hacía Joshua durante sus vacaciones.
Me gustaría saber sobre tu experiencia si viajas con tus hijos a tu pais, ¿Qué es lo que más les gusta de nuestra cultura? ¿Cómo mantienes vivo en ellos esa curiosidad por aprender sobre sus raices?.
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