¿Cuántas veces no hemos relacionado la sola palabra Kentucky con los famosos Kentucky Fried Chicken? Fué por eso que en nuestras vacaciones del verano pasado nos pareció divertido que ya que estábamos en Kentucky, no podiamos regresar a casa sin conocer la verdadera historia del KFC.
El lugar original no es un KFC como pensábamos al principio, se llama Sanders Café y teníamos planeado el visitarlo en nuestro ultimo dia en Kentucky, de regreso de Mammoth Cave y camino a Tennessee. Dejamos el antojo del pollo frito para el final y de verdad que mis hijos ya no veían las horas de llegar a conocer este histórico lugar.
Según nos enteramos ahí mismo, asi que pueden estar seguros de que es una historia real 🙂 , es que el Coronel Harland Sanders quien fué el inventor de la hoy super famosa receta del Kentucky Fried Chicken, tenía un grifo (gas station), en donde comenzó a dar de comer a los viajeros que pasaban por el lugar, no era un restaurant, incluso solo utilizaba su propia mesa pequeña para solo seis personas que tenía al interior de su negocio.
Al pasar de los años en 1,937, el Coronel Sanders decide abrir su propio restaurante frente a su grifo, en donde pudo acomodar a más gente, pero el lugar se incendió al poco tiempo. Sin embargo, no tardó mucho en abrir un lugar nuevo, que es el actual café pero al cual le agregó ambientes para un motel, es decir, un servicio completo.
Es en este lugar, en donde el Coronel Sanders comienza a experimentar con nuevas recetas creando y perfeccionando la famosa receta del Kentucky Fried Chicken.
El café y motel hubieran sido muy exitosos sino fuera porque la carretera que hasta ese entonces era la más transitada, dejó de ser utilizada como tal por los viajeros cuando se construyó la actual Intersate 75. El Coronel por lo tanto decide vender su café y motel, vendiendo también la franquicia del KFC alrededor del mundo.
Una visita a este café museo, no toma más de una hora, sin tomar en cuenta el tiempo para tomarse todas las fotos con la figura del Coronel, además que es muy difícil evitar el salir del lugar sin comprar algo de comida porque el olor es irresistible. Vale la pena incluirlo como parada si estás en una ruta cerca al lugar.
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