Mucha gente emigra a Los Estados Unidos por diferentes motivos, ya sea por trabajo, por la familia, buscando nuevas oportunidades, etc, etc. En mi caso, fue por la familia, me casé y decidí quedarme en el país de mi esposo gringo, para nosotros fué lo mas sensato ya que en mi país de origen el no encontraría las mismas oportunidades de trabajo que tiene aquí. Sin embargo, la idea de retornar a mi querido Perú siempre estuvo presente, claro, de retornar con mi familia 🙂
¿Cuál fué el mayor cambio que tuve que enfrentar y el que me causó mayor impacto? El idioma, la comida y la cultura por supuesto.
El idioma.- A pesar de haber tomado un curso de inglés durante dos años y medio previos a mi llegada, fue un shock total. Podia comprender “casi” todo, y podía hablar y yo me entendía pero al parecer los demás no me entendían :-). A partir de ahí aparecieron mis traumas, le temía al teléfono, a ir de compras, a tomar el bus, a conocer gente nueva, dejo de gustarme el ver televisión.
La Cultura.- En esta parte, si no tenia la ayuda de mi esposo, no sé si lo hubiera asimilado. Me acuerdo mucho cuando recién llegada solía dar besos en la mejilla a todo el mundo, y muchas veces solo recibía una mano extendida 🙂
Otra cosa que solía hacer constantemente era compartir lo que tenia a la mano, por ejemplo un snack, en el Perú casi nadie te dice que “no”, es más, todos se lanzaban a probar lo que tenia para ofrecer, pero aquí generalmente recibía un “no gracias”. Los saludos, a veces pensaba que yo era invisible, ya que sobretodo los niños o adolescentes al parecer “no me veían” o no todos tenían la costumbre de saludar como los hacen en nuestros países desde pequeñitos en donde siempre los padres están ahí para decirnos ¿ya saludaste?. Sin embargo, los adultos generalmente eran mas amigables, siempre con un hi! y un how are you?, y yo me preguntaba si ellos me conocían de algún lado.
La comida.- Estuve embobada con los hot dogs, la comida china, las pizzas, y la comida fácil que se podía preparar con la comida enlatada y la congelada. Atrás quedaron las largas horas sumergida en la cocina para comer en diez minutos toda un obra de arte. Encontré la felicidad!! Ok…..eso me duró unos tres meses :-). Luego comencé con la búsqueda de los productos de mi país, extrañaba mucho el arroz diario, los guisos, las sopas, es decir…comida de verdad! 🙂
Por lo demás, las relaciones familiares y la vida social se fueron dando poco a poco. Ahora, luego de 11 años y ya como mamá de dos niños he ido aprendiendo a disfrutar lo que Dios y la vida me dan día a día.
En otro post me extenderé mas sobre este shock de transición a una vida diferente y que lo fui superando hasta hoy en que puedo decir que ya conozco bastante de la cultura de este al que considero mi país. Si!! Sobrevivi!!
Y tu? cual fue el mayor shock que tuviste que enfrentar a tu llegada? Tienes alguna anécdota que compartir?
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